CAPERUCITA Y LA MANADA DE LOBOS: Un cuento económico mutante

Si algo nos está demostrando la crisis, es que el cuento de Caperucita y el lobo muta con una gran rapidez:

Hasta ahora habíamos conocido a una Caperucita que salía de casa (con su dinero), con idea de llegar a casa de la abuelita (el banco); mientras su madre (las autoridades oficiales) le advertía que tuviese cuidado con el lobo (que quería quedarse con su dinero).

Sin embargo, la primera mutación cambió algunos términos del cuento, y así:

Caperucita se quedaba en casa (con su dinero), con idea de que la abuelita (el banco) no le colocase un producto financiero; mientras su madre (las autoridades oficiales) le advertía que no tuviese miedo de ir, porque no había lobo (que quería quedarse con su dinero).

Posteriormente, vimos cómo una nueva transformación llevó a que:

Caperucita se quedaba en casa (con su dinero), con idea de que su madre (las autoridades oficiales) evitase que viniese el lobo (que quería quedarse con su dinero), y acabase en casa de la abuelita (el banco).

Pero nuestra sorpresa llegó al límite cuando percibimos que:

Caperucita se escondía en casa (con su dinero), al ver que su madre (las autoridades oficiales) se había liado con el lobo (que quería quedarse con su dinero) en casa de la abuelita (el banco).

A ver si el cazador (Europa) acaba poniendo orden. Y Caperucita puede salir tranquila de casa. A sacar adelante la economía. Sin lobos...

Europa urge a España a solucionar el tema de las participaciones preferentes, mientras retrasa el préstamo de 100.000 millones para los bancos ante las dudas surgidas en diversos países sobre la gestión que se hará de dicho dinero y la capacidad de devolverlo.

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