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jueves, 3 de noviembre de 2011

CUBERTERÍA EUROPEA: Muchos tenedores y pocas cucharas

Una de las medidas de la cumbre europea de la semana pasada, fue exigir que los bonos de deuda comprados a los distintos países, fuese valorada por los compradores (la mayoría bancos) a precio de mercado.

Desde entonces, hemos oído todo tipo de comentarios negativos en España acerca de esa medida, que ciertamente nos perjudica.

Un bono de deuda de un país consiste en lo siguiente: Si compramos un bono francés por valor de 100 e interés del 3%, con vencimiento a 5 años, Francia se compromete a devolvernos los 100 al cabo de ese tiempo, y a pagarnos 3 al final de cada año.

Hay por tanto bonos de Francia, Portugal, España, Alemania, etc., que venden esos países cada año para pagar el exceso de gasto que tienen sobre sus ingresos por impuestos.

Una vez que has comprado ese bono a un país determinado, puedes también venderlo posteriormente a otros compradores: lo que se llama el mercado secundario. Primario es cuando lo compras directamente al país, y secundario cuando lo vendes o lo compras a los que lo compraron en el primario.

El problema en el mercado secundario aparece cuando surgen dudas de que el país emisor del bono vaya a devolver el dinero a su vencimiento (esos 5 años o los que sean). Ahora, si tienes un bono portugués o griego y quieres deshacerte de él vendiéndolo en el mercado secundario, tienes que venderlo por menos de 100, para compensar a los posibles compradores por el riesgo de que no lo cobren al final.

Y al revés, si resulta que las cosas están mal para todos, y tú tienes un bono alemán –del que no hay dudas de que se cobrará–, te lo pagarán por encima de 100. Alemania tiene poca deuda y hay pocos bonos alemanes. Y como te aseguras cobrar todos los años unos intereses, estás dispuesto a pagar más de esos 100.

Si compras por ejemplo un bono griego, te sale más barato de 100, pero corres el riesgo de que te pase como ahora: han hecho una “quita del 50%”, es decir, que cuando venza tu bono te van a pagar 50 en vez de 100. Y los intereses que cobres estos años no te compensan la enorme rebaja final.

Pues bien, hasta ahora, todos los dueños de bonos (denominados "tenedores" de bonos, "que tienen" bonos), los valoraban por su valor nominal (100), fuesen alemanes, griegos o españoles. Y el cambio ha sido que a partir de ahora se valorarán a precios de mercado: los alemanes un 20% más que su valor nominal y los españoles un 2% menos.

Por tanto, si tienes un bono alemán de 100, lo puedes contabilizar en tu balance como 120; pero si tienes uno español, lo tendrás que hacer por 98.

Esto lógicamente beneficia a los tenedores de bonos alemanes –o de aquellos países sobre los que no hay dudas que paguen al final-, y perjudicará a los que tengan de países con dudas de que paguen.

Lo curioso es que nuestros financieros y dirigentes políticos han montado en cólera. Han dicho que cómo es eso posible: “¡No hay ninguna duda de que los bonos españoles serán pagados!”

Me sería muy fácil tratar de quedar bien y decir lo mismo. Incluso sería un loable ejercicio de patriotismo por mi parte. Pero no ayudaría a los lectores a formarse un juicio objetivo. Y como no tengo intereses ocultos, puedo hablar con libertad.

Por tanto, me planteo lo siguiente:

- ¿Qué pasa cuando vas a un banco y le dices que como no puedes pagar la hipoteca le das el piso en dación en pago?: Te dicen que no es posible, porque su “valor de mercado” es menor ahora.

- ¿Qué les pasa a los agricultores cuando se tiran todo el año trabajando el campo, recogen la cosecha y van a vender sus productos?: Pues que tantas veces el "precio de mercado" no cubre ni sus costes.

- ¿Qué sucede si le dices al banco “no hay ninguna duda de que mi piso vale lo mismo que cuando lo compré”?: Que te dice que lo siente, que el valor objetivo es el que marca el mercado. ¿Y si el agricultor monta una tractorada enfrente del ministerio? Pues que el ministro de turno le dice que no puede hacer nada frente a los "precios de mercado".

Ciertamente como español me fastidia que haya un 2% de dudas de que mi país vaya a pagar sus deudas.

- Me molesta que los tenedores de bonos españoles sufran una pérdida del 2%.

- Pero me enfada que el precio de los tomates y el aceite de oliva no den para compensar los costes.

- Y me indigna que cuando te quiten el piso por impago te embarguen también la mitad de tu sueldo.

Nuestros dirigentes y financieros han dicho que la rebaja del 2% que van a sufrir los tenedores de bonos españoles, al valorarse ahora a precio de mercado, es “injusta, discriminatoria e intolerable”.

Y yo me pregunto: ¿Cómo ha de calificarse la rebaja de la valoración de los pisos en la dación en pago? ¿Y el precio de los tomates y el aceite de oliva? Pero del precio de los pisos, tomates y aceite no se oye nada… Y de los bonos mucho.

Por cierto, ¿cuántos de vosotros conocéis a tenedores de bonos?, ¿y agricultores o dueños de pisos?: En una cubertería no sólo importan los tenedores, también las cucharas... O vendrán cuchillos.

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