María fue a trabajar temprano, como cada día. En la enorme discoteca de las
afueras de su ciudad.
Esa mañana estaba especialmente cansada, ya que Lolita -su bebé de cuatro
meses- no había dejado de berrear toda la noche...
Al entrar en el local, salía Francisco -uno de los camareros- que le dijo
que seguía con su "mala racha", y había dejado los cristales de al
menos seis vasos rotos detrás de la barra.
Terminó su tarea María cinco horas después, con los ojos casi cerrándoseles;
y con las mesas llenas de posos de las copas de la noche anterior sin limpiar
bien.
Volvió a abrir la discoteca a las 12 de la noche, y entraron en tropel los
clientes; que volvieron a oír cómo a Francisco se le caían algunos vasos,
llenando el suelo de cristales.
Y de nuevo contemplaron las mesas con restos de copas de la noche anterior,
porque María no había terminado bien su trabajo.
Al poco entró una despedida de soltero, con gente gritando
estruendosamente; entre las luces de las bengalas que llevaban encendidas.
Para hacerlo más espectacular, uno de los de la fiesta encendió un gran
fuego en medio de la pista, de donde surgían destellos de luz que acababan en
enormes explosiones de petardos.
Y uno de ellos acabó por prender en una cortina, y de allí al techo, que
comenzó a arder.
En menos de media hora todo el local estaba en llamas, ante las miradas de
asombro y desesperación de los que poco antes estaban dentro.
Siniestro total, devastación completa, y el local reducido a escombros a
pesar de los bomberos que habían acudido al rescate.
A la mañana siguiente un escueto comunicado del dueño:
"La discoteca ha ardido y ha quedado reducida a cenizas. Y todo ello
por culpa de la poca cualificación de los camareros, que dejaban caer las
copas, y de las limpiadoras, que no habían limpiado bien las mesas".
Un momento, Jesús: ¿Eso qué
tiene que ver? No te niego que tal vez el camarero podría haber tenido más
cuidado, y que la limpiadora tendría a lo mejor que haberse aplicado un poco
más... Pero el fuego que acabó con el local lo provocaron otros...
Juan Roig, Presidente de Mercadona: "Tenemos que cambiar, y trabajar
más todos", para evitar el rescate.
La banca tiene un agujero de 50.000 millones de euros. Para evitar la intervención, España está buscando la manera de inyectar dinero en las entidades, pero los mercados le han cerrado las puertas a menos que adopte fuertes recortes.
María y Francisco: Culpables. ¿Ellos?