Cuentan las crónicas que allá por el S. XI, en el reino de Oikonomia, la
población gozó de una época de gran abundancia.
La agricultura era el principal medio de subsistencia, que servía no sólo
para alimentar a todos, sino para permitirse lujos hasta ese momento
desconocidos.
Para gran sorpresa de los habitantes, los años de lluvias se sucedían uno
tras otro, hasta el punto de haberse olvidado de las terribles sequías de
antaño.
Por eso, la obligada visita que cada año hacían al gran mago para
preguntarle cómo sería el resultado de la siembra, se había convertido ya en
una rutina.
La pregunta que siempre le dirigían: "Oh, gran mago de las montañas,
¿cómo ves el futuro de nuestros campos?", era respondida de igual manera:
"Veo un próspero futuro, vuestra siembra terminará en una gran
cosecha", para tranquilidad de todos.
Pero un año llegó una gran sequía, y lo que fue peor: unos asaltantes
entraron por la noche en los graneros y se llevaron la simiente.
Tristes y asustados estaban los habitantes de Oikonomia, así que acudieron al
gran mago, y le preguntaron de nuevo: "Oh, gran mago de
las montañas, ¿cómo ves el futuro de nuestros campos?", y él, tras unos
segundos de reflexión, respondió: "Veo un próspero futuro, vuestra siembra
terminará en una gran cosecha".
Y Entonces los ciudadanos de Oikonomia se dieron cuenta de que los magos siempre repetían lo mismo...
Ministro español de Economía. Ayer. Tras
saberse que nuestra economía caerá el año que viene tres veces más de lo
previsto:
"La medidas económicas están
surtiendo efecto"