Ayer. 1:45 p.m. De viaje como siempre. Bar de carretera de la A-4 dirección
Madrid. Tomando un bocadillo.
Suena el móvil. Mi tía Luisa:
- Dios mío, Jesús: ¿Te has
dado cuenta?
Me agacho instintivamente, preparado para el impacto inmediato
sobre mi cabeza del techo del local u otro objeto contundente. Pasan los segundos, pero no sucede cosa alguna.
- Pues no me ha pasado nada, tía.
- ¿Pero estás tonto o qué?
¿Dónde vives?
- Ahora en la carretera; y la verdad, el desastre natural, invasión extraterrestre
o lo que sea, no ha llegado a la provincia de Ciudad Real, donde estoy de paso…
- ¿Es que no has oído las
noticias?: ¡La bolsa ha bajado un 3%! ¡¡ La prima de riesgo en 430!! ¡¡¡España
se hunde!!!
- Ah, ya… Pues sí, es tremendo. Y supongo que más para ti: No me habías comentado que habías invertido en acciones del IBEX-35...
- ¿Y eso qué es?
- Mujer, pues las 35 empresas más importantes de la bolsa española, y que
ahora están en picado.
- ¿Bebes conduciendo? Estoy yo
como para meter el dinero en bolsa... Si no llego a fin de mes, sacando horas extras y encima buscando un trabajillo para los fines
de semana.
- Ah, ya… Entonces lo dirás por el dineral que vas a perder con tus bonos
del Estado si España entra en default.
- Mira, Jesús, me parece muy
bien que sepas inglés, pero a mí háblame en cristiano… ¿Default?
- Es cuando un Estado no puede pagar su deuda, pero ya veo que no te
preocupa mucho...
- Pues la verdad, como
comprenderás me preocupa más lo que han subido las naranjas y la
leche en el súper, que ahora todo parece destinado sólo a privilegiados.
- ¿Me quieres decir entonces por qué puñetas te preocupas hasta el extremo
de llamarme así, y hacer que el bocadillo se me atragante pensando que se hunde
el mundo?
- Es que como he visto lo
que dicen hoy las noticias de economía, y cómo nos ponen las cosas, pues me he
dicho: seguro que mi sobrino está yéndose de España…
- Desde luego las cosas están mal, no te digo que no. Pero a ver…
¿Recuerdas cómo hace pocos años algunos se enriquecían día a día con la
bolsa, que estaba disparada viviendo en una burbuja artificial de beneficios, fruto de una
economía poco sólida?
- Pues la verdad, yo de eso no me enteré, porque a mí el
sueldo siempre me ha dado para lo justo; y para ahorrar un poco que es de lo que vivimos
ahora en casa.
- Entonces, si antes no te beneficiabas de esa burbuja, y nadie la
compartía contigo... No hagas ahora demasiado caso cuando tratan de
preocuparte en exceso. O lo que es peor: tratan de hacer que pagues tú por
“excesos pasados” que no has tenido.
- Vale. Pero lo de la prima
de riesgo ésa no me dirás que no es para echarse a temblar…
- ¿Sabes lo que es la prima de riesgo?
- Hombre, ya me explicaste
que es la diferencia entre el interés que España paga por su deuda y el interés
que paga Alemania.
- ¿Y tú le has prestado a España o a Alemania?
- No. Pero si España se
arruina nos arruinamos todos…
- Eso sí. Y no habría que llegar a ese extremo para exigir responsabilidades a todos
los que han provocado eso. Pero estarás conmigo en que a ti, que
ahora estás en sacar a los primos adelante, no es justo que te hagan
responsable de algo que no has creado; y que te asfixien cuando las cosas
vienen mal dadas, tú que lujos siempre has tenido los justos.
- Pues dicho así… La verdad
es que me quedo más tranquila. Bueno no, más tranquila no, porque las cosas
están mal, pero al menos no me siento culpable.
- Sí, pero no olvides que -nos guste o no- dependemos de cómo van las cosas a nuestro alrededor, y de las decisiones que se toman. Y como eso no lo controlas, y no se van a acordar de ti cuando más lo necesites, tú sigue preocupándote por tu familia, la economía de tu familia; que no hay nada más real -economía real- que eso.
Y, como hablamos hace poco, haz despensa -como las hormigas- con el poco dinero que tengas, para preparar el invierno. Que a los mortales no nos llega nunca el dinero que vemos pasar allá arriba en el cielo -ayudando a otros- cuando somos nosotros los necesitados.
Y ahora te dejo que tengo trabajo con Repsol...
- ¿Por lo de Argentina?
- No, por las horas de trabajo que me cuesta poder llenar el depósito…
Y, como hablamos hace poco, haz despensa -como las hormigas- con el poco dinero que tengas, para preparar el invierno. Que a los mortales no nos llega nunca el dinero que vemos pasar allá arriba en el cielo -ayudando a otros- cuando somos nosotros los necesitados.
Y ahora te dejo que tengo trabajo con Repsol...
- ¿Por lo de Argentina?
- No, por las horas de trabajo que me cuesta poder llenar el depósito…