Ayer, mientras volvía de viaje, escuché por la radio la llamada de los jóvenes desesperados el día del Madrid Arena -al Sámur (Servicio de Emergencias)- viendo morirse a su amiga; y que ha visto ahora la luz.
A continuación, un
representante sindical del servicio de emergencias defendió la labor telefónica que
hacen, de la cual no dudo. Pero preguntado acerca del desdén con
el que el receptor de la llamada atendió a los jóvenes, comentó: “Efectivamente, puede que no tuviera un buen día”.
Hace un par de semanas, se ve que otra persona de emergencias -en este caso el 112- tampoco tuvo "un buen día" ante mi llamada por un posible suicidio. Había recibido por medio del blog un mensaje que un experto en la materia me aconsejó tomarme muy en serio, y decidí llamarles.
La experiencia quedó plasmada en un artículo que hoy vuelvo a publicar. Aquel día no lo hice, pero hoy sí añado al final el mensaje que recibí, convencido de que esa persona ya no puede leerlo.
No, representante sindical, no tuvisteis un buen día. Como
tampoco esa chica del Madrid Arena. Ni la señora que me contactó:
ARTÍCULO PUBLICADO EL 17 DE DICIEMBRE DE 2.012
El jueves pasado, mientras
nuestros dirigentes económicos se felicitaban por la llegada de la ayuda a los
bancos, en Cataluña se discutía si “crisis” ha de escribirse en catalán o
castellano, y los partidos políticos se enzarzaban en el “y tú más”, se recibió
un comentario anónimo en este blog.
Una señora, desesperada. Con
claros pensamientos suicidas. Problemas económicos, y de desahucio. Gritando su
últimas intenciones.
Removí cielo y tierra, porque no
había dejado datos. Puse inmediatamente un aviso en primera página del blog, que a muchos os extrañó, para tratar de que contactase conmigo. Hablé con varios expertos en la
materia. Tantos me escribisteis ofreciendo la ayuda que hiciese falta.
Finalmente aviśe de urgencia al 112. Me identifiqué. Pedí desesperadamente que hiciesen algo. Me puse enteramente a su disposición.
“De acuerdo señor. Se pondrán en
contacto con usted para ver qué se puede hacer”, me dijeron… Hasta hoy. Que
nadie ha llamado.
El viernes por la mañana una
señora se suicidó en Málaga. Por muchos motivos tengo muchas sospechas de que
se trata de ella.
A las pocas horas llamé al 112 de
nuevo, quejándome enérgicamente de que nadie me hubiese contactado. Respuesta: “Está
en manos del equipo operativo”. Les referí si su equipo era funerario. Y preferí colgar antes de soltar todo lo que me
vino a la mente.
Y ahora yo me pregunto:
- ¿Qué he de hacer? ¿Qué he de
pensar?
- Señores del 112, señores del “equipo
operativo”… ¿Se sienten a gusto consigo mismos?
- Señores dirigentes, señores políticos…
¿A qué se dedica el Estado, España entera? ¿A qué se dedican ustedes?
- Arruinados. Desesperados.
Muriendo. Y nosotros… en manos de “equipos operativos”.
Y vuelvo a preguntar:
- ¿Con que salvo yo ahora a esa
señora? ¿Con la confianza? ¿En los que nos la piden y no la dan?
España: Estamos muertos.
Muriendo. Gracias. Equipos operativos.
TEXTO DEL MENSAJE
“Tengo unas ganas tremendas de vomitar y no es por la
crisis, ni los políticos, banqueros, explotadores, facinerosos... ¡Es por que
se me ha roto el alma y no sé cómo recomponerla!
¿Alguien me da consuelo?,
porque creo que me voy a rendir y a marcharme donde pueda empezar o dejarme
morir.
Una vida perdida que no quiero continuar, no tengo ganas de volver a
intentar reconstruir mi presente, quiero dejarme llevar, quiero dormir y no
puedo, sé que voy a salir pronto en las noticias, al fin seré visible por unos
segundos...
Me ahoga el vómito, me siento mal, siento demasiado rencor, creo
que merecía haber sido mas feliz, sé que se acerca un final que nunca pensé...
¿Estoy desahuciada?, no sé, quizás sea simplemente que no tengo ganas de
continuar sino de rendirme”