Atlántico Norte. 6:32 a.m.
Avión de las Fuerzas Aéreas
Españolas.
Nombre en clave del ocupante
principal: Gaviota pasajera.
- Mayday, mayday. Nos estamos quedando sin combustible. Mayday, mayday.
- Atención, aquí la torre de control de Barajas, España: Díganos por favor
si el nombre de su compañía empieza por Ryan y acaba por Air.
- Negativo, torre de control: Les habla el capitán del Gaviota Pasajera.
- ¡Santo Dios!, ahora mismo enviamos dos aviones cisterna para abastecerles
en vuelo.
(6:35 a.m. Interior del avión)
- Señor Presidente, discúlpeme…
- Oh yeah, tell me baby.
- Señor Rajoy, le ruego que empleemos el español o alguna de las lenguas
cooficiales a pesar de su entrevista ayer con Obama en Nueva York. El tema es de extrema gravedad: Nos estamos quedando sin combustible.
- ¡Pero qué me dice! ¿No hemos repostado antes de salir?
- Negativo, señor. No nos quedaba saldo en la tarjeta del Banco Central Europeo.
- ¡Maldita herencia! ¡Ponedme inmediatamente con la persona al mando en Madrid!
- ¿Ángela Merkel, señor?
- No, idiota, con Soraya. Lo de Ángela es extraoficial.
- De acuerdo, señor. Pero le confirmo que dos aviones cisterna están ya en camino.
(8:53 a.m.)
- Señor, tenemos un problema…
- ¿Pero no han llegado ya los aviones cisterna?
- Afirmativo, señor, pero han consumido todo el combustible que traían,
y nos piden que les demos parte del nuestro.
El sistema financiero, los
bancos y cajas, tienen su razón de ser en tomar prestado dinero de los
ciudadanos y empresas para llevárselo -prestárselo- a otros.
Si lo prestan de manera
prudente y controlada, podrán devolver el dinero a sus primitivos dueños, y
además ganarse un beneficio.
Pero si lo emplean de manera
desordenada o en inversiones ruinosas, pasará como en la actualidad:
- Tienen una morosidad del
10%: Uno de cada diez euros que han prestado lo han perdido.
- Han realizado inversiones
desastrosas, sobre todo en la construcción.
- Con todo ello, no sólo no
han generado beneficios, sino que no pueden devolver el dinero a los que lo
depositaron en ellos.
- Como consecuencia, han
pedido que el Estado reponga con dinero público lo que han perdido con
sus inversiones y mala gestión.
- Llegamos así al círculo
vicioso presente: Los ciudadanos han dado su dinero a unos bancos y cajas que lo han perdido, y ahora el Estado recauda impuestos de esos mismos ciudadanos para
reponerlo.
- Pero vamos a ver, capitán: ¿Estamos tontos o qué? ¿Cómo que los aviones
cisterna nos están pidiéndo combustible a nosotros? ¡Nos vamos a ir todos al fondo del mar!
¿Qué opciones tenemos?
- Señor Presidente, tendríamos que aligerar la carga para gastar menos.
Atlántico Norte. 9:14 a.m.
Avión de las Fuerzas Aéreas
Españolas.
Mañana siguiente capítulo… El pájaro se queda sin comedero.