La única persona capaz de explicar lo obvio sin que caiga su
credibilidad es James Bond.
Todos recordamos la escena repetida en sus películas:
- "Me llamo Bond, James Bond".
Si una persona impolutamente enfundada en un smoking negro se baja de un
Aston Martin descapotable, dejando tras de sí una modelo rusa de rasgos
asiáticos, y nos dice "me llamo Bond", sobra todo lo demás...
...¡Sabemos que Bond es
James Bond! Pero a él le perdonamos la insistencia...
Vayamos a un ejemplo más cercano a nosotros, a menos que seamos la Reina de
Inglaterra y estemos acostumbrados a tratar con tipos como el anterior.
Vas por la calle y ves que
un hombre llama al portero automático de una casa, y a la pregunta de "¿quién es?", responde "tu churri".
¿Qué piensas?:
Pues que, aparte de los calificativos que te despierta la expresión
"tu churri", la puerta se abrirá; como efectivamente ocurre a los
pocos segundos.
Pero imaginemos por un momento que el tipo en vez de decir "tu
churri", empieza a explicar que es un señor que hace unos años se casó con
la que le escucha en una boda en un pueblo de Córdoba.
¿Qué piensas ahora?
Pues que o ella tiene un ataque de amnesia o ese tipo ¡se la está intentando
pegar!
Al contrario que James Bond, si "churri" tiene que insistir en lo
obvio (que es su churri y marido de la interlocutora), pierde toda la credibilidad delante de los que le
escuchan...
Vayamos ahora al terreno
económico:
Imaginemos que mañana sale
Ángela Merkel en una rueda de prensa multitudinaria, y tomando
la palabra comienza su discurso así:
- Les he convocado para decirles que Alemania es un país solvente...
¿Qué pensará todo el mundo?: ¡Que está insistiendo en lo que se supone que
debería ser obvio!
¿Qué pasará a continuación?: Que la bolsa alemana bajará, y si tuviese
prima de riesgo se dispararía (al subir el riesgo de invertir en Alemania).
Ésa es la famosa confianza
de los mercados: Confianza en que no hace falta que me digas, o me insistas, en lo que se supone que es obvio. Y si tienes que hacerlo, entonces ya desconfiaré de ti... Y me iré corriendo.
Ahora podemos entender el efecto en los mercados de palabras como:
"España es un país solvente". Ah, ¿es que tienes que decírmelo?
"Nuestro país cumplirá con sus compromisos". ¿Es que pensabas no hacerlo?
"Somos una gran nación, y en el pasado hemos superado situaciones difíciles" Dios mío, la que se nos viene encima.
Estaremos atentos a las declaraciones del Obispo de Santiago de Compostela. Por si dice: "Estamos seguros de que lo que hemos encontrado es el Código Calixtino". O lo que es peor: "Soy obispo, el obispo de Santiago"
"Nuestro país cumplirá con sus compromisos". ¿Es que pensabas no hacerlo?
"Somos una gran nación, y en el pasado hemos superado situaciones difíciles" Dios mío, la que se nos viene encima.
Estaremos atentos a las declaraciones del Obispo de Santiago de Compostela. Por si dice: "Estamos seguros de que lo que hemos encontrado es el Código Calixtino". O lo que es peor: "Soy obispo, el obispo de Santiago"
Si tiene que insistir, y no es Bond... Seguro nos han dado el cambiazo con el Código. Y el obispo es un doble.
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