La economía es como muchas cosas
en la vida: si no avanzas, retrocedes. Y lo que es peor: una vez que empiezas a
retroceder, es muy difícil recuperar la marcha hacia adelante.
Ya hemos dejado de discutir en
España acerca de si va a haber o no recesión, dándola por hecho y centrándonos
en si la economía decrecerá un 1,5% o un 1,7% el año que viene.
¿Pero por qué hemos llegado a
esto? ¿Por qué cuesta tanto volver a crecer?
La economía es una cuesta muy
larga, donde no cabe pensar sólo en el corto plazo: hay que mirar al horizonte
pensando que tenemos un largo camino. Por tanto, es más importante una
velocidad sostenida que ir dando acelerones.
El boom inmobiliario, por
ejemplo, supuso un gran acelerón, y de hecho hemos estado viviendo de ese
impulso que tomó nuestro coche económico incluso cuando dejamos de acelerar.
Pero claro, una vez pasado ese
gran empujón -y ese tiempo de bonanza que nos hizo tunear el coche y hacerlo
más pesado- , nos encontramos con que moverlo cuesta mucho. Es más, nos
empezamos a cuestionar si no hubiera sido mejor tener un coche más pequeño, y
por tanto más fácil de hacerle subir la cuesta de la economía.
EL CONSUMO
La gasolina es el consumo, que
hace que todo el coche funcione: Entra gasolina cuando las personas gastan.
EL GASTO PÚBLICO
Cuando el Estado gasta, también
entra más gasolina, pero si es a cambio de luego cobrar más impuestos, acabamos
en "lo comido por lo servido": El Estado pone más gasolina, pero hace que los
consumidores echen menos.
LA INVERSIÓN
Cuando las empresas invierten,
mejoran el motor del coche de nuestra economía: la hacen más eficiente. Es muy
importante a largo plazo esa inversión, pues de otra forma nuestro coche
quedaría pronto anticuado y gastaría mucha gasolina que podríamos ahorrarnos.
LOS BANCOS
Son las gasolineras, que pueden
darte gasolina a crédito. Pero tienes que tener cuidado, porque luego tendrás
que devolverla.
LA RECESIÓN
Pero de repente llega la crisis,
y las personas empiezan a consumir menos, con lo que ponen menos gasolina. Y
como estás en una cuesta arriba, notas que el coche empieza a avanzar menos.
El Estado, que nota esa
desaceleración, comienza a gastar más para compensar la gasolina que no ponen
los consumidores, y al principio eso hace que la marcha continúe.
Pero al cabo de un tiempo, tiene
que subir los impuestos para compensar la deuda que tiene, y hace que la gente
consuma menos y ponga aún menos gasolina: El coche comienza no sólo a pararse,
sino que quiere ir marcha atrás.
Las empresas dejan de invertir, y el motor del coche no se revisa, y consume más gasolina de la que debiera. Y además, la gasolinera, que nos ha estado
prestando gasolina a crédito, comienza a sacarla de nuestro depósito
para cobrársela.
Y el coche empieza a ir marcha atrás: estamos en recesión. Los esfuerzos que hace el conductor son vanos,
pues los acelerones ya no sirven ni para frenar la caída. Por eso las recesiones son tan
largas, porque detener esa marcha atrás cuesta mucho, por el impulso que vamos
tomando
Desde luego hay que ser muy cuidadoso con la gasolina que nos queda, para
aprovecharla bien. Por lo pronto hay que apagar el
aire acondicionado: No podemos permitirnos gastar la gasolina en lujos mientras
vamos hacia atrás... Nosotros y el Estado.
Y mientras retrocedemos nos damos
cuenta de lo grande y pesado que es nuestro coche, con el maletero lleno de
ladrillos...