Cuando el burro de mediano tamaño
-Esforzado así llamado por su dueño- llegó al inicio de la cuesta, sabía que no
sería capaz de subirla; y no por falta de ganas.
Estaba acostumbrado a caminar con
una carga de leña de casi mayor volumen que él, aunque lo que más le costaba era
llevar encima a su dueño José Luis y al hijo Mariano, empeñados en no dar un paso a su lado.
Así que cuando enfiló la cuesta,
irremediablemente se vino hacia atrás: Imposible tirar para delante de esa
manera.
Una economía puede crecer, cuando cada vez produce más que en un
período anterior, o decrecer (crecimiento negativo), cuando produce menos que
antes.
Pero ni siquiera en esas
circunstancias José Luis y Mariano decidieron bajarse del burro, que apenas lograba mantenerse en
pie y no dejaba de caer hacia atrás de la cuesta.
El producto total de España (Producto Interior Bruto), ha tenido la
siguiente variación en los últimos años:
- 2009: -3,8%
- 2010: -0,2%
- 2011: +0,1%
- 2012: - 1,6%
- 2.013: -1,2%
Esforzado se preguntaba cómo era
posible que lo tuviesen de esa manera, y no le aligerasen la carga, o se bajasen del burro las personas que seguían en él.
A lo largo de estos cinco años de fuerte crisis, la carga de los gastos
del Estado no ha variado significativamente, sobre todo en lo concerniente a
gastos políticos.
Pero el burro Esforzado estaba
acostumbrado a hacer lo que su nombre indicaba, y sacando fuerzas de flaqueza,
comenzó a tirar de nuevo hacia arriba de la cuesta.
Durante los últimos años, tanto las empresas como las familias han
sabido ajustar sus gastos, e incluso han reducido la deuda acumulada con los
bancos. No así el Estado, que el pasado año 2013 todavía se gastó 70.000 millones de euros
más de los que ingresó.
Ahora que parece que la economía
puede empezar a remontar un poco, seguimos soportando unos gastos políticos
excesivos. Se puede decir que no hemos aprendido la lección, y corremos el
peligro de ahogar el tímido resurgir.
Pero sobre todo hay que tener en
cuenta que el principal problema que tenemos en España, no como un frío dato, sino
personal, son los casi seis millones de parados.
Y para empezar a resolver ese tremendo problema, el Esforzado burro tiene no sólo que subir, sino subir con fuerza.
Y así es imposible…