Desde hace tiempo, las preguntas que más se repiten
cuando se habla de economía son: ¿Podemos salir de ésta?, y ¿cómo hemos llegado
a esto?
Y se han repetido
tanto, que ya damos por hecho que tengamos que preguntarlas, que hemos tenido
que llegar necesariamente a la situación en la que nos encontramos, donde preguntarlas tiene sentido.
Sin embargo, no
hay que olvidar que la pregunta “¿podemos salir de ésta?” la estamos haciendo
en un país lleno de éxitos… En el deporte: Rafa Nadal, Fernando Alonso, la
Selección Española de Fútbol…
¿Pero es que sólo
somos los mejores en el deporte? Bueno, podemos nombrar a empresas como Zara, líder
textil mundial, expandiéndose y que no tiene un solo euro de deuda pero sí más de 3.000
millones en caja en dinero contante y sonante...
Luego no es un mal intrínseco de España el que nos
tengan que ayudar…
- ¿Quién ayudó a
Rafa Nadal a ganar los siete Roland Garros?
- ¿Quién le dejó
pasar en alguna recta a Fernando Alonso?
- ¿Nos dejarán
ganarles los franceses el próximo partido de la Eurocopa?
Y… ¿Quién le ayudó
a montar Zara a Amancio Ortega?
Por tanto, la respuesta a la pregunta “¿podemos
salir de ésta?, tiene fácil respuesta: Sí, claro que sí.
¿Entonces? ¿Qué
hemos de hacer?:
- Ser nosotros
mismos.
Pero si no hemos
dejado de serlo, dirás.
- Bueno, nosotros
somos nosotros, pero… ¿Nos han dejado serlo?
Para resolver esta pregunta, acudamos una vez más a
lo seguro: Las canciones infantiles tradicionales; y en concreto ésa que
dice…
Un elefante, se
columpiaba, en la tela de una araña.
Y como veía que
no se caía,
fue y avisó a
otro elefante.
Dos elefantes, se
columpiaban, en la tela de una araña.
Y como veían, que
no se caían,
fueron a avisar a
otro elefante.
Tres elefantes…
Pero ahora, con la reciente noticia del nombramiento
de Rafa Nadal como abanderado español en el desfile inaugural de los próximos
juegos olímpicos, podemos readaptarla:
Un abanderado, ya
desfilaba, en el estadio deportivo.
Y como veía que
triunfaba,
fueron y le
pusieron 5 asesores.
Un abanderado y cinco
asesores, ya desfilaban, en el estadio deportivo.
Y como veían que
triunfaban,
fueron y le
nombraron un defensor del deportista.
Un abanderado,
cinco asesores y un defensor del deportista, ya desfilaban, en el estadio
deportivo.
Y como veían que
triunfaban,
fueron y le
pusieron un director general de relaciones institucionales.
Un abanderado,
cinco asesores, un defensor del deportista, y un director general de relaciones
institucionales ya desfilaban, en el estadio deportivo.
Y como veían que
triunfaban,
fueron y les compraron
nuevos uniformes emitiendo deuda del Estado.
Un abanderado,
cinco asesores, un defensor del deportista, un director general de relaciones
institucionales, que han emitido deuda del Estado para comprar nuevos uniformes,
ya desfilaban, en el estadio deportivo.
Y como veían que
triunfaban,
fueron y les compraron
patines para ir más rápido pidiendo un préstamo a la Unión Europea.
¿Dónde ha quedado nuestro abanderado?: Muy lejos,
casi oculto entre tanta gente y deudas; y con unos patines, que no necesitaba…
Ya tenemos la respuesta a la segunda pregunta:
¿Cómo hemos llegado a esto?