Hace ya muchos años, en un país no tan lejano, existía un sabio que
habitaba al pie de un inmenso guindo.
Todos los habitantes del lugar acudían allí en busca de consejo; y un día
se presentaron con un difícil dilema, que nadie hasta ese momento había
conseguido solucionar, un ciudadano y un banquero.
- CIUDADANO:
Oh gran sabio, que todo escudriñas con entereza.
Un piso me quise comprar,
y ahora el banquero me lo quiere quitar,
el sinvergüenza.
- BANQUERO:
Tú sabio del guindo,
sabes que yo también tengo problemas,
sobre todo por las hipotecas,
y el ciudadano no me la paga por mucho que se lo pido.
Bajó del guindo, donde dormitaba, el sabio; y rascándose su clava
reluciente, dijo con sabiduría:
- SABIO DEL GUINDO:
Harto me tenéis con esa palabrería tan pomposa,
sobre todo porque yo hablo en prosa:
El piso me lo quedo yo, y se lo pago al banquero. Y luego se lo venderé al
ciudadano. Así que largaos, el tema está resuelto.
Fue así como el gran sabio resolvió el problema del piso. Y colorín,
colorado, este cuento se ha acabad...
- Un momento, Jesús, esto falla.
- ¿Cómo? ¿Me estás diciendo, a mí que soy economista, que el cuento falla?
- Mira, lo siento, serás todo lo economista que quieras, pero si el
ciudadano no tenía dinero para pagar la hipoteca, ¿cómo va a comprar el piso
cuando se lo quiera vender el sabio?
LUIS DE GUINDOS, MINI STRO
DE ECONOMÍA: El Banco Malo (el nuevo banco del Estado) comprará (con dinero público) los pisos
que los bancos tienen en propiedad, y luego los venderá en el mercado. Se
"dinamizará así el mercado inmobiliario, y muchos tendrán acceso a la
vivienda"
Dinamizarán. El Ministro y el banquero. Siempre dinamizando. Dúo
Dinámico.