COMENTARIO RECIBIDO AYER
Hoy
he salido a la calle sin tenerme lástima pero sí enojada conmigo y en estos
momentos estoy enojada contigo, Jesús.
Me estás llamando loba herida y me estás diciendo que nadie vendrá a socorrerme y lo sé. Me dices que busque ese pelo que me falta porque el frío no ha hecho más que comenzar y además que lo que tenga que hacer lo haga ya.
No
tengo paro acumulado de más de un año sencillamente porque nunca he tenido
paro, Jesús.
No me puedo plantear ir al extranjero porque allí ya no me quieren, como no me quieren en las empresas o en los lugares de trabajo porque para ellos soy una mujer mayor, por la misma razón no puedo poner mi cuerpo a trabajar, ya no despierta deseos que se compensen económicamente.
Para mí ya todo está ocupado.
No
soy de las que acumulan pérdidas mes a mes, ni día a día por que mi negocio ya
no existe. No espero ayudas del Gobierno
ni espero a que suba el mercado de la vivienda porque no tengo nada que vender.
Sobreviviré
o quizás no...
No
puedo conseguir pelo para el frío, y mira que lo tengo, de donde has dicho,
porque no estoy retrasando decisiones a la espera de mejores tiempos, ojalá
tuviera la opción de decidir, de actuar...y créeme nadie me engaña sobre mi
situación porque no es necesario, ya no pueden exprimirme más, ya no significo
nada para los vampiros de turno que ahora se acomodan en otros cuellos listos
para la mordida.
"Y si tienes que hacer algo, hazlo. Pero hazlo ya".
A veces es más fácil predicar que dar trigo... No, decididamente hoy no puedo seguir tus consejos, hoy estás hablando para personas que aún tienen mucho o algo que perder o ganar, mi tesitura está a años luz de la de tu amigo lobo herido, yo ya estoy en ese peldaño en el que es imposible descender sin lanzarse al vacío.
Me gustaría que alguna de tus reflexiones nos la dedicases a los últimos parias entre los que me encuentro.
Hoy no has contado con gente como yo.
Querida lectora anónima:
Puedes pensar que un comentario
así queda perdido en la nada. Y que a nadie le importa: A mí sí.
Eres una loba malherida, y te
crees casi muerta. Incluso puedes sentirte abandonada. Pero déjame que te
diga varias cosas, sabiendo que otros muchos lo harán mejor. Pero me has preguntado
a mí:
No estamos viviendo cosas
normales. Porque la sociedad no es normal. Tal y como está ahora.
Podríamos hablar de muchas cosas. Pero como este blog es económico, me
ceñiré a aspectos económicos.
Ayer supimos que la economía al
final del año cayó más de lo previsto: Decreció un 1,4%. ¿Y por qué?: Pues
porque el consumo privado está en caída libre.
Lo anterior suena muy
técnico, pero es lo que todo el mundo sabe: Que nadie compra nada.
Y me dirás: ¿Esto qué tiene que
ver conmigo? Pues tiene que ver en que tu situación es lo que sienten, lo que
sentimos tantos: La separación de la sociedad respecto a todos aquellos que la
dirigen; a todos los niveles. Porque parecen no enterarse de la realidad.
No hablo de política, hablo del
desamparo que sienten tantos ciudadanos a nuestro alrededor, que palpamos cada
día. Y los que pueden ayudar en algo sienten que todo aquello que podrían hacer
lo engulle un Estado burbuja.
¿Adónde van todos los recursos de
la sociedad? ¿Adónde se van tantos miles de millones de euros? ¿Qué tiene
preferencia sobre nuestros vecinos que están desesperados?
No me vale que digan que para eso
están Cáritas, las ONGs… Porque si el Estado recauda, si el estado organiza, es
por el bienestar de los ciudadanos. Y en tiempos de emergencia, para acudir a
las emergencias.
Si los bomberos no salen a apagar
los incendios: ¿De qué nos vale el dinero que les damos, que tengan buenos
camiones o que consigan tapar sus deudas?
Tú, ciudadana anónima, has de ser
el objetivo de nuestra sociedad, de los que nos dirigen.
Si eso no es así, todo falla. Y
todo ha fallado. Al final quedamos los ciudadanos, que nos vemos heridos y
vemos heridos a nuestro alrededor.
Por supuesto que aquí me tienes: Sabes que me tienes. Pero adónde van a ir tantos ciudadanos.
Y por eso no he dejado de hablar
de lobos heridos. Porque los lobos heridos aguantan. Pero hasta un límite.
O solución, inmediata, o
dentelladas. Que vendrán. Así.