A estas alturas y después de tantos reportajes, todos sabemos que el
problema del Titanic surgió no sólo por golpear el iceberg, sino por la enorme grieta que provocó una imparable vía de agua en su lateral.
Semejante brecha provocó que el agua llegase a más de los cuatro compartimentos que el barco podía soportar inundados; y se inclinó hacia adelante, de tal forma que se fue anegando todo el barco.
Las máquinas para achicar agua comenzaron a funcionar desde el
principio. Pero cuando el agua comenzó a llegar en mayores oleadas, se volvieron
insuficientes, de tal forma que entraba más líquido del que se evacuaba.
Y el Titanic se hundió.
En el año 2007 la deuda pública
española era del 36% del PIB. Eso significa que su volumen era equivalente a todo lo
que produce nuestro país (PIB o Producto Interior Bruto) en 4 meses. Algo muy sostenible y fácil de repagar.
La deuda pública, obviamente, es lo que
el Estado tiene que pedir prestado para gastar más de lo que ingresa por impuestos, lo cual
conlleva sus intereses correspondientes como cualquier préstamo. Y a un nivel del 36% los intereses
son fácilmente soportables.
Pero vinieron los años de José
Luis Rodríguez Zapatero, donde la deuda se disparó al 69% del PIB, fruto de un gasto sin control. Además, se trató muchas veces de un gasto
en cosas efímeras, no de inversión en temas que pudieran ayudar a la economía en el
futuro.
Y los intereses de esa enorme
deuda crearon un círculo vicioso: Comenzaron a pedirse nuevos préstamos para
poder pagar los intereses de la deuda; y los nuevos préstamos generaban nuevos intereses...
La llegada del nuevo Gobierno
auguraba aires de austeridad, pero nos encontramos un 2012 en el que se
produjo el mayor aumento de la deuda pública en la historia reciente de España,
que pasó del 69% al 84% de todo lo que se produce en nuestro país en un año.
Y los intereses siguieron
subiendo, de tal forma que ahora pagamos más de 30.000 millones de euros por
ellos al año, y hemos de pedir más préstamos para poder pagarlos: El agua comienza a
no poder achicarse…
Ahora nos hemos enterado que en
los tres primeros meses del 2013, en sólo un trimestre, la deuda pública ha pasado del 84% al 89% del
PIB, con un ritmo que en breve alcanzará el 100%. Y pronto también no habrá máquinas,
o país suficiente, como para poder pagar los intereses por toda esa deuda…
Ya debemos casi un Billón de euros: Un millón de millones de euros. 1.000.000.000.000 euros. 166.386.000.000.000 pesetas.
Y vemos a España pagar unos
intereses no por inversiones que nos traigan un mejor futuro, sino
para cubrir el agujero del pasado. De los intereses del presente. Porque el agua no para de
entrar.
A ver quién tapa las grietas,
porque las máquinas para sacar agua no bastan. Habrá que impedir que siga
entrando. Que sigan entrando tantos gastos inútiles. En el barco.
Que no aguanta más. Que no
aguantamos más…