Avión
militar de transporte de paracaidistas. Comando especial de la Unión
Europea. Algún lugar del Mediterráneo.
- ¡Atención
soldados! Os hemos convocado en esta grave crisis para tratar de
salvar a nuestros ciudadanos. Sabéis lo que está en juego; así que
esperamos lo mejor de vosotros.
Os quiero
pedir que os quitéis de encima todo lo que no sea imprescindible, pues
dentro de poco saltaremos a un terreno difícil, y no sabemos si
saldremos adelante; por lo que necesito de vosotros el máximo esfuerzo.
Quiero
deciros que contáis con mi todo mi apoyo, y confiamos en vosotros: Otto,
François, Manuel…
¡Manuel! ¿Pero qué es eso?
- Mi equipo
de combate, capitán.
En los últimos días hemos visto cómo diversos interlocutores ponían en duda el futuro de España, por los escasos resultados en la reducción del gasto público.
Tanto inversores privados -Citi- como a nivel oficial -Mario Monti- han manifestado el negro panorama que le espera a España en esta situación.
- Pero qué…
¿Me quiere decir qué hace con esa carga, Manuel? Despréndase
ahora mismo de todo ese peso. ¿No se da cuenta de que con eso
le es imposible avanzar? Y además hará que sus compañeros
tropiecen…
La enorme deuda pública hace que el escaso dinero disponible en el mercado sea absorbido por el Estado para pagar sus deudas, y no quede casi nada a disposición de empresas y familias.
Además, al dedicarse todos esos recursos al pago de deudas, se compromete la financiación para proyectos productivos.
- ¿Qué
diablos hace, Manuel?
- Me
desprendo del botiquín, señor.
- ¿Pero es
usted tonto? ¿No ve que eso lo puede necesitar? ¡Quítese ahora
mismo de encima todas las tonterías que se ha puesto!
A pesar de haber realizado durante los últimos años notables recortes en gasto social, la deuda no se ha corregido. Y una muestra es la preocupación actual por el futuro de España.
- Mi
capitán, es que lo demás lo necesito.
- ¿Ah sí?
¿Necesita llevar una butaca? ¿Y una cafetera portátil?
En el ámbito de los gastos políticos se ha avanzado poco con los ajustes. Se han realizado, pero surge la duda de si están a la altura de la grave situación en la que nos encontramos.
Seguimos teniendo los mismos parlamentarios, diputaciones, alcaldes; y todo un sinfín de puestos de representación y directivos de empresas públicas, con sus gastos de mantenimiento, que contrastan con el aumento del paro y los recortes en la economía real.
- Está
bien, mi capitán, ya está.
- ¿¡Ya
está qué!? Se cree usted que se puede desprender de la bolsa de
alpiste y seguir llevando la jaula de pájaros en la espalda?
El Gobierno acaba de eliminar 40 empresas públicas sin utilidad actual. Ello supone un ahorro de 1 millón de euros en salarios.
Podemos compararlo con el déficit de 53.000 millones de euros que tendrán las cuentas públicas este año.
En
el avión de la fácil financiación, el Estado ha ido muy a gusto.
Pero no ha dejado sitio para que entren los demás a resguardarse en esas cómodas condiciones.
Ahora
que tiene que saltar, porque el avión del dinero fácil llega al
final del trayecto, el no quiere estar a la intemperie, como los demás, eliminando todos los gastos superfluos que ha ido acumulando.
El
día 30 tendremos nuevos Presupuestos del Estado, es decir, aquello
imprescindible con lo que se va a quedar. Veremos
con qué nos quedamos; y de qué nos desprendemos.
Para
no estrellarnos…