Ahora que cada vez que oímos la expresión
"que fluya el crédito" nos suena a título de monólogo de comedia,
podemos preguntarnos acerca de este fenómeno paranormal hoy en día en España:
El crédito.
Primero el Estado obligó a que se unieran
muchos bancos y cajas, hasta hacerlos de tamaño mastodóntico, con la esperanza
de "que fluyera el crédito"... Pero el crédito no fluyó.
Luego se entregaron miles de millones de
euros de dinero público a los bancos para "que fluyera el crédito"...
Pero el crédito tampoco fluyó.
Y entonces llegamos a preguntarnos: ¿Pero dónde está
el dinero? Porque dinero tiene que haber... De otra forma, ¿de dónde sacarían
beneficio los bancos para mantener su negocio?
A las familias no les dan un euro. A los
autónomos y pymes sólo los buenos días... ¿Qué nos queda entonces? Pues el
Estado.
- Vamos a ver, Jesús: ¿Estás diciendo que
el Estado les da decenas de miles de millones de euros para que se lo presten
al mismo Estado?
- Bueno, en realidad, como el Estado no
tiene dinero y lo necesita, le dice a Europa que se lo dé a los bancos
españoles, y los bancos españoles se lo dan al Estado.
- ¿Y por qué no le da Europa el dinero
directamente a España?
- Porque no puede, ya que todos los países
empezarían a pedir también. Así que se hace un círculo vicioso: España se lo
pide a Europa, Europa se lo da a los bancos españoles y los bancos españoles se
lo dan a España.
Hagamos una sencilla comprobación:
Cuando España tiene que pedir dinero
prestado (emitiendo deuda pública), ¿quiénes le prestan?:
Los bancos españoles en su gran mayoría:
Reciben de Europa dinero al ridículo coste del 1%, y se lo prestan a España al
5%, y por lo tanto ganan con el pase un 4% (y con dinero que no es suyo).
Ahora tal vez entendamos por qué cuando
nuestros dirigentes dicen, antes y ahora, que van a hacer que el crédito fluya,
lo gritan con gran convicción.
¡El crédito sí fluye! Pero ya lo explica el
refrán: "Agua que no has de beber, déjala correr"
... Y muchos no tenemos cazo.