Pocas cosas afectan tanto a la
economía como la electricidad, el coste de la electricidad.
Difícilmente podemos imaginar
alguna actividad que en algún momento no necesite de ella, desde la industria a
la agricultura, pasando por el comercio.
Junto con el precio de las
gasolinas, el coste de la electricidad nos indica las posibilidades de competir
de nuestros productos.
Al vivir en un mercado abierto –al
menos dentro de la Unión Europea-, si los productos españoles son producidos
con un coste eléctrico de 10, no podrán hacer frente a los alemanes o franceses
si son producidos con electricidad a 5.
Por otro lado, todos sabemos lo
mucho que afecta ese coste a los bolsillos de los ciudadanos, con una media de
800 euros al año por familia.
¿Y cómo ha evolucionado este
coste?: Puede servirnos saber que desde 2003 la electricidad ha subido en
España un 63%.
Pero a pesar de todo, lo más
preocupante estriba en que lo pagado no sirve ni siquiera para cubrir el coste
de lo que se produce: Es el llamado déficit de tarifa, que no es otra cosa que
la diferencia entre lo que nos cobran las compañías eléctricas y lo que cuesta
producir la electricidad.
Ese déficit va a parar a final de
año a la deuda total que el Estado acumula con las compañías eléctricas, pues
el Estado se compromete a devolvérselo, y que en estos momentos ha alcanzado la
cifra de 30.000 millones de euros, o lo que es lo mismo: 5.000.000.000.000
pesetas.
Ese tremendo agujero creció sobre
todo con la proliferación en España de costosas energías renovables, que al
producir la electricidad a mayor coste de lo que pagamos por ella, el Estado se
comprometió a pagarles la diferencia.
Pues bien, llegados a este punto,
el Gobierno se comprometió a terminar con el déficit de tarifa este año, es
decir, que al final del 2013 lo que los españoles pagamos por la electricidad
sería suficiente para cubrir sus costes, y no habría una cifra negativa que acumular.
Para ello, se negoció que entre
todos cargaríamos con el esfuerzo: Las empresas eléctricas, los ciudadanos y el
Estado (que no dejamos de ser los ciudadanos).
- Las empresas eléctricas
corrieron con el coste de no subir el recibo todo lo que les gustaría.
- Los ciudadanos pagaron su parte
con una subida del recibo que este año ronda el 3%.
- El Estado… El Estado prometió
algo que no ha cumplido: Pagar a las compañías eléctricas 3.600 millones de
euros.
Y dado que el Estado no ha
pagado, ahora hay varias posibilidades:
1) Las empresas se transforman en
la madre Teresa de Calcuta y perdonan ese dinero.
2) Se le sube más aún el recibo a
los ciudadanos y empresas, con el consiguiente coste electoral.
3) Se le dice a las empresas que
no se preocupen, que pidan prestados esos 3.600 millones de euros a los bancos,
que el Estado les avalará ese préstamo y no tendrán problema en conseguirlo.
Se admiten apuestas hasta la
continuación de este artículo…