El jueves pasado, mientras
nuestros dirigentes económicos se felicitaban por la llegada de la ayuda a los
bancos, en Cataluña se discutía si “crisis” ha de escribirse en catalán o
castellano, y los partidos políticos se enzarzaban en el “y tú más”, se recibió
un comentario anónimo en este blog.
Una señora, desesperada. Con
claros pensamientos suicidas. Problemas económicos, y de desahucio. Gritando su
últimas intenciones.
Removí cielo y tierra, porque no
había dejado datos. Puse inmediatamente un aviso en primera página del blog, que a muchos os extrañó, para tratar de que contactase conmigo. Hablé con varios expertos en la
materia. Tantos me escribisteis ofreciendo la ayuda que hiciese falta.
Finalmente aviśe de urgencia al 112. Me identifiqué. Pedí desesperadamente que hiciesen algo. Me puse enteramente a su disposición.
“De acuerdo señor. Se pondrán en
contacto con usted para ver qué se puede hacer”, me dijeron… Hasta hoy. Que
nadie ha llamado.
El viernes por la mañana una
señora se suicidó en Málaga. Por muchos motivos tengo muchas sospechas de que
se trata de ella.
A las pocas horas llamé al 112 de
nuevo, quejándome enérgicamente de que nadie me hubiese contactado. Respuesta: “Está
en manos del equipo operativo”. Les referí si su equipo era funerario. Y preferí colgar antes de soltar todo lo que me
vino a la mente.
Y ahora yo me pregunto:
- ¿Qué he de hacer? ¿Qué he de
pensar?
- Señores del 112, señores del “equipo
operativo”… ¿Se sienten a gusto consigo mismos?
- Señores dirigentes, señores políticos…
¿A qué se dedica el Estado, España entera? ¿A qué se dedican ustedes?
- Arruinados. Desesperados.
Muriendo. Y nosotros… en manos de “equipos operativos”.
Y vuelvo a preguntar:
- ¿Con que salvo yo ahora a esa
señora? ¿Con la confianza? ¿En los que nos la piden y no la dan?
España: Estamos muertos.
Muriendo. Gracias. Equipos operativos.