Un tema que seguro os sonará porque últimamente se ha comentado mucho a nivel políticos es: fulanito sugiere que Europa se plantee emitir eurobonos, incluso otros no lo piden, sino que lo exigen; y por último está Alemania que, como siempre pasa con los paganinis, dice que se vayan con el cuento a otra parte.
Pero qué es toda esta historia:
1) Europa sólo tiene el euro por moneda, pero cada país tiene la deuda que quiere. Unos mucha y otros poca. A estas alturas ya sabemos quíénes son los unos y los otros.
2) Ahora, por tanto, todos los bonos que sacan los países de Europa son en euros, pero los bonos son alemanes, españoles, franceses... No hay un único bono -eurobono- para toda Europa. Bonos que sacan los gobiernos de cada país para conseguir dinero y que compran "los mercados".
3) Pero claro, ¿qué pasa?: pues que "los mercados" están inundados de bonos griegos, portugueses, españoles e italianos, que valen muy poco y sobre todo no hay manera de que nadie compre más. Por eso ahora han hecho que el Banco Central Europeo los compre.
4) Como Alemania tiene menos deuda, y sobre todo no hay dudas de que deje de pagarla, cada vez que saca bonos se los quitan de las manos.
Y aquí es cuando aparecen los países listillos y piensan: Hay que ver, que mis bonos no se venden, y los de Alemania sí. Y entonces, alguien tiene una gran idea: ¡¡¡Ya está!!! Hagamos que todos nuestros bonos se llamen alemanes, hagamos que no se distingan los buenos de los malos. Hagamos que Europa tenga sólo ¡¡¡EUROBONOS!!!
Bueno, qué felicidad: se llaman Zapatero y Berlusconi, y se felicitan entre ellos. Contactan con el Primer Ministro portugués para comunicarle la buena nueva. Y llaman todos en secreto al Presidente griego (porque nadie quiere aparecer como amigo suyo). Todo es fiesta y algarabía.
Y de repente uno comenta: habrá que llamar a Merkel. Y entonces todos se pasan la pelota diciendo: llama tú que a mi me da la risa... Y al final camelan a Sarkozy -que está ahora más permeable por su próximo aumento de familia- para que lo haga (todo esto está contado en plan guasón pero sucedió tal cual).
Y entonces, para sorpresa de Sarkozy, Merkel dice un sí a la alemana. Es decir, dice que sí, que se pueden crear "Eurobonos A" y "Eurobonos B". Los Eurobonos A serían los alemanes, y los Eurobonos B todos los demás.
Y entonces todos deciden suspender la fiesta. La gran idea de los países listillos no serviría para nada: todos querrían los Eurobonos A, y nadie compraría los Eurobonos B. Y queda paralizada por ahora la idea de Eurobonos.
Por cierto, las presiones sobre Merkel son tremendas. ¿Y sabéis por parte de quién? Pues por parte de dos grupos:
1) Los que está deseando que salgan los Eurobonos para colocar mucha más deuda de su país que ahora nadie quiere: Grecia, Portugal, España, Italia... y hasta Francia.
2) Los grandes inversores, que anhelan poder atacar a Europa en su conjunto en vez de sólo a los países débiles. Con Alemania no pueden, pero si se une en eurobonos con el resto, se debilita y entonces sí irán a por ella.
Mira por donde ayer Soros -el personaje que hace años hundió la libra esterlina y consiguió 1.000 millones de dólares en un día de beneficio con esa operación- decía que o Alemania acepta los eurobonos o Europa está perdida. Claramente quiere ir a por Alemania cuando se debilite.
Y ahí es donde Merkel dice: Europa, inversores... no me engañéis y digáis amor, cuando queréis decir sexo.
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