Hace ya muchos
años, en un lugar no tan lejano, los habitantes de un pueblo vivían en casitas
todas ellas con un estanque en la parte de atrás.
Ese estanque lo
iban llenando con el agua que cada uno portaba en vasijas que a diario traían desde el río del pueblo, y así cuando se secaba en verano podían disfrutar del agua acumulada.
Hay dos tipos de sistemas de pensiones: el primero consiste en que cada uno vaya ahorrando a lo largo de su vida laboral parte de su sueldo, de tal forma que lo vaya acumulando y pueda disponer de ese dinero cuando se jubile.
Pero un día, los
habitantes decidieron construir un estanque común, de manera que todos
fueran llenándolo, y cuando alguno tuviera necesidad de agua podría coger de la almacenada por todos.
El segundo sistema de pensiones -el que existe en España- consiste en que todos los que trabajan contribuyen con parte de su sueldo a un fondo común -el fondo de las pensiones-, y del dinero que existe ahí se van sacando las pensiones de los que en ese momento ya no trabajan.
Y vivían todos
felices y contentos, tranquilos cuando pasaban cerca de su estanque común.
Hasta que un día comenzó a verse el suelo. Y uno dio la alarma.
No habían pasado
ni cinco minutos cuando todo el pueblo estaba ya arremolinado en torno al agua común, pues el problema no era la visión del fondo, sino comprobar la escasa altura del agua.
Fue entonces
cuando se dieron cuenta de que los que estaban allí eran muy pocos, y echaron en falta a tantos vecinos que se habían ido marchando. Y lo que era peor: se percataron de que la mayoría de los presentes no llenaba el estanque, sino
que -ya mayores- sólo bebían de él.
Y si casi todos
bebían, y pocos llenaban...
En España se redujo la población en 310.000 personas en 2013, debido a que muchos inmigrantes y también españoles abandonaron nuestro país en busca de trabajo fuera.
Tenemos una población cada vez más mayor y jubilada, y menos trabajadores que contribuyen al fondo de las pensiones.
Y si casi todos
beben, y pocos llenan...
De parte de mi padre sr Arroyo que lleva usted razon y que el siempre ha dicho que hay mucha boca para tan poca torta
ResponderEliminarJajaja pues dale un gran saludo a tu padre y dile que la expresión me ha hecho reír. Muy buena! Gracias
EliminarHace unos meses hablaba yo con un ex alto cargo, hoy en el sector privado, y comentaba precisamente este asunto.
ResponderEliminarSegún él la causa de este problema es la pirámide generacional.
Y cierto es, pero me sorprende lo obtusos que son los políticos, porque si bien esa pirámide es la que es, no creo que haya que asumirla como axioma de partida. Se puede trabajar para modificar su forma.
Evidentemente, en paralelo marcha el tema del paro, que no genera cotizantes suficientes, ni hay previsión que los haya dado que las cifras de paro no se espera que bajen de forma importante. Si bien hay mimbres y posibilidades de mejorar la situación, pero no se hace, aunque esa es otra historia.
Quizás, solo quizás (nótese la ironía), habría que ponerse manos la obra y establece políticas a largo plazo que favorezcan la natalidad, que posibiliten la conciliación de la vida laboral con la familiar, etc. ¿Quimeras? Posiblemente, al menos mientras se tengan excusas que convierten en dogma para que nadie las cuestiones, como el caso de nuestra pirámide generacional.
Gracias por el comentario, Luis. Totalmente de acuerdo. Hay que hacer algo ya, pero como los resultados son a largo plazo y nuestros políticos sólo miden el tiempo de elecciones en elecciones, pues poco se hace. Bueno, se tira de las reservas del fondo de pensiones, que se van agotando. Muchos saludos
EliminarEl futuro de las pensiones públicas es para echarse a temblar, creo que cuando se hizo el Pacto de Toledo ya se vislumbraba un horizonte sombrío y la situación actual ha ido a peor y seguirá cuesta abajo.
ResponderEliminar¿Qué esperamos para coger el toro por los cuernos? es incomprensible, pero si ahora nuestros jubilados están paliando una serie de deficiencias con su pensión, cuando no la tengan o tengamos una jubilación simbólica , va a ser todavía peor ese futuro.
Por lo que habrá que ponerse las pilas y buscar soluciones no se si con quimeras o utópis ,lo que si es mejor empezar hoy que no esperar a que el estanque se quede seco.
Lógicamente con trabajos precarios el estanque no se llenará. Pero hoy voy a ir a contra corriente. Sí tenemos las pensiones aseguradas, porque Draghi nos sigue financiando. Eso sí, tendríamos a lo mejor una deuda pública del 200%, pero da igual, que siga la fiesta.
ResponderEliminarEfectivamente, ésa es nuestra particular venda a los ojos: la deuda, a la que todo se carga como si no hubiera que pagarla.
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