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miércoles, 9 de noviembre de 2011

LAS CAUSAS DE LA CRISIS (II). UN NUEVO MUNDO IRREAL: Escalera a ninguna parte

Tal y como vimos ayer, tratar de hacer crecer los beneficios empresariales más de un 15% al año no es posible, al menos en la economía real.

Pero si los elevados bonus y las remuneraciones a los accionistas están basados en esos grandes crecimientos, y el mundo real no los genera... ¿Qué hacer?

O se renuncia a esas grandes ganancias o... se crea un mundo nuevo. Un mundo lo más alejado posible del mundo real; para que sea capaz de producir ese crecimiento irreal.

ECONOMÍA REAL

Manuel tiene 100 gallinas magníficas, que ponen 100 huevos al día con un valor de 1 euro cada uno. Como tiene unos gastos en su granja equivalentes a 90 huevos, gana al final del día 10 huevos limpios.

ESCALÓN FINANCIERO 1

Ahora llega un banco y le da a Manuel un préstamo para comprar otras 100 gallinas. De esta forma, pasa a producir 200 huevos al día. Gana 20 huevos, le paga 5 al banco como intereses, y le quedan 15 huevos limpios.

ESCALÓN FINANCIERO 2

El hijo de Manuel –Alejandro– consigue una beca y se va a estudiar a EEUU. Allí se da cuenta de que él no quiere llevar la vida de su padre, que se ha matado cuidando gallinas durante más de 40 años. “Total, ¿para qué?”, se dice: "para vivir en una casucha y conducir un utilitario".

Alejandro aspira a mucho más, y lo quiere ya: buena casa, coche deportivo… Así que, una vez heredado el negocio familiar, decide ampliarlo. ¿Compra más gallinas? No, que dan mucho trabajo. ¿Entonces? Pues crea el Fondo Avícola.

Como  los 15 huevos al día que ganaba su padre no le permiten ampliar la casa y comprarse el deportivo, decide sumar los huevos que ganará en los próximos 40 años (40 años x 365 días x 15 huevos = 219.000 huevos), y constituye un fondo con ellos.

Luego le vende el Fondo a un inversor, que -teniendo en cuenta el riesgo de que las gallinas enfermen, no las cuiden bien, etc.- paga 180.000 euros por los 219.000 huevos futuros. Alejandro se compra así el deportivo y se hace un chalet con piscina en la antigua casa de su padre.

ESCALÓN FINANCIERO 3

Un amigo del inversor -dueño de los huevos futuros-, que tiene una aseguradora, le advierte que si el hijo de Manuel se va de fiesta y no alimenta a las gallinas, éstas morirán, y el inversor no sólo perderá los 180.000 euros que ha invertido, sino los 219.000 que puede ganar con los huevos futuros.

¿Y qué ocurriría además si las gallinas empiezan a poner un huevo cada dos días en vez de cada uno?

El inversor no lo duda, y compra el Seguro Financiero Avícola, que le garantiza su dinero en caso de muerte de las gallinas o de menor producción.

ESCALÓN FINANCIERO 4

Un broker amigo del asegurador, le dice que para que él no corra con el riesgo de que el hijo de Manuel se vaya de fiesta, la aseguradora puede comprar 219.000 Derechos Ovales.

Esos Derechos consistirán en que la aseguradora tiene derecho a pedirle al broker el valor de los huevos que las gallinas del hijo de Manuel no pongan, y con ello pagárselos al inversor del Manuel en el Fondo Avícola.

Las aseguradora no se lo piensa, y compra 219.000 Derechos Ovales. Paga 50.000 euros por ellos.

ESCALÓN FINANCIERO 5

El bróker se da cuenta de que una vez cobrados los 219.000 Derechos Ovales, ya no va a hacer más negocio, así que convence a 5 amigos para que compren también otros 219.000 Derechos Ovales cada uno sobre las gallinas de Manuel. Pagarán 50.000 euros cada uno por ellos, pero ¿qué ganarán?. Muy sencillo:

- Si las gallinas ponen los 219.000 huevos, no ganan nada. Pierden 50.000 euros.

- Si las gallinas ponen sólo 150.000 huevos, ganarán 69.000 euros, menos 50.000 que les costaron los derechos, 19.000 euros limpios.

De esta forma, pasamos a tener 219.000 x 5 Derechos Ovales sobre gallinas que sólo ponen 219.000 huevos.

Por tanto, hemos creado sobre la economía real de las gallinas: 1 préstamo, 1 Fondo, 1 Seguro financiero, 219.000 Derechos, y 219.000 x 5 Derechos más al margen de las gallinas.

MORALEJA:

Uno de los 5 compradores de los 219.000 Derechos Ovales se hizo "colega" del hijo de Manuel, y se encargó de llevarselo todos los días de juerga. Las gallinas murieron.

Al no poner las gallinas huevo alguno, el "colega"  cobró sus 219.000 Derechos Ovales del bróker.

Las gallinas -la economía real- muerta. Por la pelota financiera. Pelotazo...

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martes, 8 de noviembre de 2011

LAS CAUSAS DE LA CRISIS (I). LOS ANTECEDENTES: La economía real a un ritmo irreal

Ahora que afrontamos una crisis que asusta, podemos caer en la tentación de pensar que somos los únicos a los que nos ha tocado vivir tiempos difíciles.

Nuestros abuelos podrían hablarnos de los tiempos de la posguerra, y nuestros padres de las crisis del petróleo en los 70. Pero sí tenemos nosotros la triste supremacía de la rapidez con la que generamos crisis sucesivas.

Muchas causas pueden esgrimirse a la hora de analizar el origen de esas crisis, y en particular la que vivimos ahora, pero me centraré ahora en una: el afán por hacer crecer la economía a ritmos irreales para justificar beneficios y remuneraciones tambíen irreales.

El tema se resume en una pregunta: ¿Qué prefieres ganar, veinte mil euros al año o veinte millones? Hombre, dirás, no hay que ser muy listo para responder a esa pregunta.

Efectivamente, no hay que ser muy listo, pero claro, si quieres ganar 20 millones de euros al año has de justificarlo de alguna manera, y aquí empiezan los problemas...

Hace unos años tuve una interesante conversación con un ejectivo de una multinacional textil norteamericana, que resumo a continuación:

Jesús: George, y tú ¿cuánto ganas al año?

George: 20 millones de dólares.

Jesús: ¿¡Cómo!? ¡¡¡20 millones!!!

George: Bueno, no te creas, Jesús, que no es tan fácil: mi empresa cada año tiene que ganar un 15% más de beneficios que el año anterior, y si no es así -al no cumplir las expectativas- baja en bolsa. Pero si las cumple, sube, y yo gano el bonus de 20 millones.

Jesús: Con lo cual ya te encargarás tú de que gane un 15% más por narices.

George: jajaja, efectivamente.

Jesús: ¿Y qué pasa si un año ves que no se va a conseguir?

George: Pues llenamos los camiones.

Jesús: ¿Cómo?

George: Bueno, como se contabiliza como ventas todo aquello que ha salido de fábrica, aunque no tengamos pedidos, llenamos los camiones; y eso contabiliza como venta y por tanto como beneficio. Y luego ya tenemos todo el año siguiente para venderlo.

Jesús: ¿Y si eso no basta?

George: Bueno, entonces... Se ajusta la contabilidad.

Jesús: Vamos, que presionas al director financiero para quitar unas cuantas pérdidas y aflorar algunas ganancias.

George: Eso nunca lo reconocería en público. Pero vamos, el director financiero tiene un bonus de 5 millones de dólares.

Jesús: Así que no hay que decirle nada...

(Silencio)

Esta conversación es absolutamente real, y he de reconocer que me impactó; y me hizo cuestionarme lo siguiente:

- ¿Cómo es posible esperar que algo, no sólo una empresa sino cualquier cosa, pueda crecer un 15% cada año? Tal vez lo haga durante un tiempo, pero está claro que no es sostenible a largo plazo. Bueno... salvo que se haga de forma ficticia.

- La mejor presión es aquélla que se produce sin necesidad de presionar: pon un bonus alto y todo se hará solo.

- Si para que los directivos ganen su bonus, suba la bolsa,  los brokers y accionistas ganen sus dividendos... algo ha de crecer un 15% cada año, todos se encargarán de que lo haga; y nadie supervisará el sistema si ello puede conllevar que todos pierdan.

Al año siguiente de tener esa conversación, empezaron a quebrar toda una serie de multinacionales en EEUU y fuera de ese país: ni siquiera los "ajustes" contables pudieron maquillar que no habían ganado lo que se esperaba de ellas.

Mi amigo se quedó sin bonus, la cotización en bolsa de su empresa se desplomó y muchos accionistas se arruinaron. La compañía fue troceada y vendida al poco tiempo. Despidieron a más de 3.000 personas.

Estas 3.000 personas no tenían bonus... Ellas sí estaban en un mundo real.

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lunes, 7 de noviembre de 2011

¿CUMPLEAÑOS FELIZ?: Ángela va a cumplir diez años

Cumplimos esta semana tres meses desde el inicio del blog.

Corría el verano cuando apareció el "Diario de la quiebra de España"; Un nombre que parecía más bien exagerado, en un mes de agosto en el que nos contaban que la crisis estaba en vísperas de desaparecer.

En los días sucesivos, contemplamos cómo nuestro panorama económico se iba ensombreciendo, con una Unión Europea dinamitada desde el momento en el que Merkel y Sarkozy -ante el aplauso inicial de muchos- comenzaron a reunirse sin el resto de países.

Explotaron después en toda su intensidad problemas con el de Grecia. Y lo que es más importante: nuestras variables de economía real -como el paro y el crecimiento- mostraron todo su dramatismo.

Ya desde el principio algunos me preguntaban cuándo cambiaría el nombre del blog por el de "Diario de..." algo menos sombrío. Pero ya advertí que no quería ganarme una efímera medalla diciendo que la crisis llegaba a su fin. Y si lo mantuve en ese mes donde nos contaban esa falacia, me temo que he de seguir manteniéndolo ahora.

Cuando nuestros dirigentes se afanan -sin conseguirlo- en salvar al mundo financiero, que se resiste a pagar por sus errores sin echar mano del dinero público, España sigue inmersa en una crisis profunda; sin nadie que se ocupe de ver cómo hacer crecer la economía y dar soluciones reales al paro.

Como no tengo intereses ocultos que me influyan, puedo hablar con total libertad: se avecinan tiempos difíciles, muy difíciles. Y lo peor es que a día de hoy nadie, absolutamente nadie, se está encargando de variar el rumbo de un barco que se hunde.

Seguimos oyendo hablar de la crisis de la deuda, que los bancos tienen comprada, y de cómo se puede reflotar el sistema bancario y financiero. Pero podemos preguntarnos: ¿qué es más importante, la economía real, la producción, las ventas, las exportaciones, el empleo... o el sistema financiero que surge a raíz de todo eso para darle apoyo?

Todos nosotros ya hemos pagado las consecuencias de vivir por encima de nuestras posibilidades. Hemos salido adelante como hemos podido, o nos hemos hundido sin nadie que nos ayude después de que nos hayan embargado, y ahora estamos viendo cómo salir a flote.

Pero el sistema financiero no quiere asumir que los pisos que tiene, y la deuda de países como Grecia, valen mucho menos de lo que anotan. No están dispuestos a admitir que tienen que sufrir las consecuencias, como nosotros; ni tampoco darse cuenta de que han de quebrar la mayoría de ellos, como nosotros hemos quebrado.

Lo mismo que hay cinco millones de parados, y han desaparecido miles de empresas, tendrá que suceder lo mismo en el mundo financiero. Pero su saneamiento tiene que suceder ya, ahora; si queremos seguir a flote en una Europa donde ya Ángela Merkel dice que nos quedan diez años para dejar la crisis atrás.

Necesitamos que nuestros dirigentes, y los que puedan venir, se den cuenta de que el crecimiento de España, el paro y nuestro futuro, se juega en la economía real, en las fábricas, en el campo, en el turismo. Y no en las alfombras de los despachos elegantes de Bruselas hablando de primas de riesgo, de rescates a la banca y de la deuda de Grecia. Porque no se dan cuenta.

Sólo así empezaremos a salir a flote...

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Durante esta semana analizaremos las causas de la crisis, para que podamos tener una idea más clara de por qué hemos llegado aquí. Y para no repetir los mismos errores.

Y a todos gracias, por seguir el blog y por hacer de él un lugar de encuentro con vuestros comentarios. Muchas gracias.

viernes, 4 de noviembre de 2011

GUERRA EN EUROPA: ¿Es tu guerra?

INTERVENCIÓN EN EL TELEDIARIO DE BUSINESS TV

El vídeo aparecerá en unos segundos
Por razones de copyright, sólo aparecen las intervenciones del autor



jueves, 3 de noviembre de 2011

CUBERTERÍA EUROPEA: Muchos tenedores y pocas cucharas

Una de las medidas de la cumbre europea de la semana pasada, fue exigir que los bonos de deuda comprados a los distintos países, fuese valorada por los compradores (la mayoría bancos) a precio de mercado.

Desde entonces, hemos oído todo tipo de comentarios negativos en España acerca de esa medida, que ciertamente nos perjudica.

Un bono de deuda de un país consiste en lo siguiente: Si compramos un bono francés por valor de 100 e interés del 3%, con vencimiento a 5 años, Francia se compromete a devolvernos los 100 al cabo de ese tiempo, y a pagarnos 3 al final de cada año.

Hay por tanto bonos de Francia, Portugal, España, Alemania, etc., que venden esos países cada año para pagar el exceso de gasto que tienen sobre sus ingresos por impuestos.

Una vez que has comprado ese bono a un país determinado, puedes también venderlo posteriormente a otros compradores: lo que se llama el mercado secundario. Primario es cuando lo compras directamente al país, y secundario cuando lo vendes o lo compras a los que lo compraron en el primario.

El problema en el mercado secundario aparece cuando surgen dudas de que el país emisor del bono vaya a devolver el dinero a su vencimiento (esos 5 años o los que sean). Ahora, si tienes un bono portugués o griego y quieres deshacerte de él vendiéndolo en el mercado secundario, tienes que venderlo por menos de 100, para compensar a los posibles compradores por el riesgo de que no lo cobren al final.

Y al revés, si resulta que las cosas están mal para todos, y tú tienes un bono alemán –del que no hay dudas de que se cobrará–, te lo pagarán por encima de 100. Alemania tiene poca deuda y hay pocos bonos alemanes. Y como te aseguras cobrar todos los años unos intereses, estás dispuesto a pagar más de esos 100.

Si compras por ejemplo un bono griego, te sale más barato de 100, pero corres el riesgo de que te pase como ahora: han hecho una “quita del 50%”, es decir, que cuando venza tu bono te van a pagar 50 en vez de 100. Y los intereses que cobres estos años no te compensan la enorme rebaja final.

Pues bien, hasta ahora, todos los dueños de bonos (denominados "tenedores" de bonos, "que tienen" bonos), los valoraban por su valor nominal (100), fuesen alemanes, griegos o españoles. Y el cambio ha sido que a partir de ahora se valorarán a precios de mercado: los alemanes un 20% más que su valor nominal y los españoles un 2% menos.

Por tanto, si tienes un bono alemán de 100, lo puedes contabilizar en tu balance como 120; pero si tienes uno español, lo tendrás que hacer por 98.

Esto lógicamente beneficia a los tenedores de bonos alemanes –o de aquellos países sobre los que no hay dudas que paguen al final-, y perjudicará a los que tengan de países con dudas de que paguen.

Lo curioso es que nuestros financieros y dirigentes políticos han montado en cólera. Han dicho que cómo es eso posible: “¡No hay ninguna duda de que los bonos españoles serán pagados!”

Me sería muy fácil tratar de quedar bien y decir lo mismo. Incluso sería un loable ejercicio de patriotismo por mi parte. Pero no ayudaría a los lectores a formarse un juicio objetivo. Y como no tengo intereses ocultos, puedo hablar con libertad.

Por tanto, me planteo lo siguiente:

- ¿Qué pasa cuando vas a un banco y le dices que como no puedes pagar la hipoteca le das el piso en dación en pago?: Te dicen que no es posible, porque su “valor de mercado” es menor ahora.

- ¿Qué les pasa a los agricultores cuando se tiran todo el año trabajando el campo, recogen la cosecha y van a vender sus productos?: Pues que tantas veces el "precio de mercado" no cubre ni sus costes.

- ¿Qué sucede si le dices al banco “no hay ninguna duda de que mi piso vale lo mismo que cuando lo compré”?: Que te dice que lo siente, que el valor objetivo es el que marca el mercado. ¿Y si el agricultor monta una tractorada enfrente del ministerio? Pues que el ministro de turno le dice que no puede hacer nada frente a los "precios de mercado".

Ciertamente como español me fastidia que haya un 2% de dudas de que mi país vaya a pagar sus deudas.

- Me molesta que los tenedores de bonos españoles sufran una pérdida del 2%.

- Pero me enfada que el precio de los tomates y el aceite de oliva no den para compensar los costes.

- Y me indigna que cuando te quiten el piso por impago te embarguen también la mitad de tu sueldo.

Nuestros dirigentes y financieros han dicho que la rebaja del 2% que van a sufrir los tenedores de bonos españoles, al valorarse ahora a precio de mercado, es “injusta, discriminatoria e intolerable”.

Y yo me pregunto: ¿Cómo ha de calificarse la rebaja de la valoración de los pisos en la dación en pago? ¿Y el precio de los tomates y el aceite de oliva? Pero del precio de los pisos, tomates y aceite no se oye nada… Y de los bonos mucho.

Por cierto, ¿cuántos de vosotros conocéis a tenedores de bonos?, ¿y agricultores o dueños de pisos?: En una cubertería no sólo importan los tenedores, también las cucharas... O vendrán cuchillos.

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